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Arturo Duclos 2017

Una odisea espacial

Arturo Duclos

“El fin de la tierra no será nuestro final”
Lema publicitario de Interestellar.

Órbita tercera es la última entrega de la obra de Margarita Garcés. La artista, quien ha investigado en sus recientes proyectos sobre la condición retiniana del paisaje, expone en Galería Artespacio y se aproxima ahora hacia una concepción quizás más mítica y poética sobre el paisaje, elaborando una compleja trama cultural que proviene de imaginarios del cine, la literatura fantástica, los mapas estelares y la ciencia ficción.

Así como el Renacimiento fue marcado por el desarrollo de las artes, la ciencia y el pensamiento, una de las mayores singularidades de este período de la historia de la humanidad, fueron los descubrimientos geográficos. Éstos no sólo posibilitaron la expansión económica del viejo mundo, sino que además fueron la apertura para la expansión del hombre hacia el universo. Si bien los mapas y las descripciones cartográficas ya tenían una larga data, el conocimiento del planeta y la desmitificación de las conjeturas instaladas por el clero, posibilitaron la visualización de nuevos horizontes fuera de la tierra. El siglo XX vino a cumplir con el largo anhelo de los literatos astrónomos y navegantes para alcanzar estos otros mundos, y por ende la representación de este nuevo paisaje, que las tecnologías nos han permitido conocer, ya no solo a través de cartografías o mapas – como fuera en el Renacimiento – sino también con fotografías y documentos enviados por las numerosas exploraciones que se hacen desde telescopios, satélites y robots enviados al espacio.

Margarita Garcés lleva un par de años investigando con su pintura sobre los fenómenos de representación que esta información generada por los mapas, cartas estelares, fotografías y otros documentos que hoy nos entrega la ciencia. Curiosamente se ha topado con similitudes que con la simplificación de lo macro-universal, se conecta con lo micro- particular, esto es, “diagramas hechos a mano que ocupan el espacio imposible entre la idea y la realidad“, según cita la artista.

En este viaje exploratorio, ha venido a relacionar relatos que anticipan desde la literatura, la ubicación de otros mundos posibles, que se encuentran en dimensiones desconocidas, como en el célebre cuento de Jorge Luis Borges, Tlön,Ubqar orbis tertius, un mundo paralelo que el autor descubre a través “de la conjunción de un espejo y una enciclopedia” ¹. Como también desde el cine de ciencia ficción de Christopher Nolan, que nos conecta con paradójicas realidades en la representación de espacio sideral y los agujeros de gusano, que desarrolló junto al físico teórico Kip Thorne .²

Es por ello que esta órbita de exploración desarrollada por la artista resuelve dos extremos: Uno relacionado con la representación ficcional del espacio exterior y otro, con la abstracción como género pictórico. Extremos sin duda irreconciliables, que en si conllevan una paradoja, abstraer y representar, lo que permite trabajar una operación de doble militancia, ya que la representación, en este caso la cartografía espacial no-dimensionada, se transforma a su vez en abstracción, debido a su incapacidad de determinar su escala, indeterminable también, por el alcance que esto resiste en la dimensión cósmica. “Mis pinturas localizan ubicaciones físicas y espacios imaginarios y aleatorios. Utilizo elementos del lenguaje de cartografías para dar un referente real, ubicar el ojo en algo conocido como antes lo quise ubicar con el horizonte y el mar. Orientarme en el espacio, en las galaxias, viajar a un mundo inexistente”, nos dice Margarita Garcés al hablar sobre la relación entre abstracción y cartografía.

Ante estas obras misteriosas y seductoras estamos constantemente oscilando entre el mundo de la fascinación por los detalles, las lecturas espaciales del cosmos desconocidos, trazados de rutas de navegación que nos lanzan literalmente fuera de órbita y confunden la espacialidad de la tela con la sala. El misterio por mundos formidables, los mitos que mueven al hombre a forzar sus destinos, como lo fuera en la era de los descubrimientos, nos desborda frente a éstos mapas de planetas por revelar. Sumado a esto, no basta para recorrer por estos universos una nave como las que conocemos, requerimos de otras tecnologías. Requeriremos convocar nuevamente a Jorge Luis Borges para transitar hacia otra realidad paralela, quizás alguna concebida por la física o la especulación.“Al principio se creyó que Tlön era un mero caos, una irresponsable licencia de la imaginación; ahora se sabe que es un cosmos y las íntimas reglas que lo rigen han sido formuladas, siquiera en modo provisional”.³

En particular, estas obras refieren acaso a láminas de un atlas sideral, que fuera develado para desencadenar el caos. Como el tomo de la enciclopedia que encuentra Borges, perteneciente a un mundo paralelo y desconocido por los hombres, estas pinturas son esos mapas que permanecían replegados y ahora se exhiben en su esplendor, para administrar la información contenida en sus manchas; manchas azarosas que se vuelven a ordenar en ese desarreglo nebuloso, para venir a enumerar ahora nuevos mundos escondidos en espacios no euclidianos. Galaxias líquidas, retenidas sobre la superficie de la tela. Marcas rígidas, trazados y rutas de navegación que interfieren literalmente con el espectador e invaden su espacio visual,” en un alocado vértigo geográfico. Es así como la artista intercepta estos mundos invisibles, “Me interesa explorar la tensión entre el caos y el orden impuesto, lo concreto y lo imaginario, lo conocido y lo desconocido. Un viaje a un mundo sin mucha ley impuesta, un espacio con leyes propias, otra ley de gravedad. “ Claramente la artista nos habla de “otros mundos”, ficcionales tal vez, pero posibles en la magia de la representación, como ocurre en el arte y la literatura, donde toda construcción representativa, se convierte en verdad administrada por el misterio de la alteridad.

En la exposición Órbita tercera, el dibujo, la pintura, la mancha y el corte de papel han llegado a ser los nuevos métodos de producción de obra para Margarita Garcés. La artista trabaja una sintaxis orquestada en función de representaciones planas, en una búsqueda líquida de capas cromáticas y minerales sobrepuestas, para dar densidad a las superficies inmateriales del cosmos sutil. La experimentación pictórica guiada por la abstracción, toma cuerpo cuando la artista impulsa como propósito de su investigación, el viaje. El viaje, no solo implica el emprenderlo sino el imaginarlo. Entonces la artista declara: “Viajar, rutas de navegación, que nacen de las manchas, cartografías de experiencias, es una encrucijada, viendo la mancha como propósito y como un destino. Pienso en cómo el recuento de historias, las letras, se transforman en líneas, recorridos… La reconstrucción de espacios imaginarios (paisaje interior renovado), el mapeo de manchas me sirve como una metáfora de la ruta y la búsqueda, una reconstrucción de lo conocido y lograr un gran espacio abierto y ojalá desconocido, un trazo de cómo nos vemos y donde hemos estado”. En ese mismo sentido se podría decir que hoy sus pinturas se han transformado en destinos. Cada una de ellas alude a regiones luminosas, lugares lejanos e imaginarios. Planetas y regiones, sólo conocidas por la óptica de los telescopios avanzados, que la artista plasma en vívidas postales ficticias, de un viaje del cual solo podemos conjeturar y que probablemente nunca en los próximos años podamos realizar. Momento que nos lleva a reflexionar como en el inicio de este texto, a propósito de la era de los descubrimientos, cuando los antiguos cartógrafos sólo se limitaban a representar el vacio inimaginable donde estaban los límites de la tierra, con la única diferencia que en aquella época, nos acechaban los monstruos marinos al final del precipicio, hoy los relatos de la ciencia ficción, nos atemorizan con el vacio del espacio infinito, expansión del universo, o ser arrastrado hacia los hoyos negros en un destino incierto.

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¹ Ficciones. Borges, Obras completas. Ed. Emecé buenos aires 1974
² Interestellar. Christopher Nolan 2014. El autor construye virtualmente con ayuda del físico teórico Kip Thorne, quien fuera asesor científico de la película para garantizar que las representaciones de los agujeros de gusano y de la relatividad fueran tan precisas como fuese posible. Para las representaciones de los agujeros de gusano y el agujero negro, dijo, hablamos sobre cómo hacerlo, y luego me puse a trabajar en las ecuaciones que permitían el rastreo de los rayos de luz, ya que viajaban a través de un agujero de gusano o alrededor de un agujero negro, así que lo que ves está basado en las ecuaciones de la relatividad general de Einstein.
³ Ficciones. Borges, Obras completas. Ed. Emecé buenos aires 1974